a Euría y a Lobo
En nuestro planeta todos aullan.
No sabes lo que pesan
los muertos que vienen de París.
Los muertos de París son muchos.
Nos pillan despeinados,
entonando vocales,
con la rabia queda en ese borde
que hace la boca que canta locura.
La felicidad es efímera pero insiste,
París nos devuelve cadáveres.
n.m.
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