martes, 29 de noviembre de 2011

Cuarto prestado

Entre las cortinas
enganchada en aquella noche
le correspondía lo agradable de
cincuenta mil familias,
ningún ser humano.

Considérense como pequeños salvajes.

La naturaleza humana,
sus pasteles, su madre,
hubieran amasado y
enterrado cimientos.

n.m.








(pag.33. Una habitación propia. Virginia Woolf)

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