Ni una rueda,
ni una luz,
debe reclinarse en la oscuridad.
Contemplar los cisnes viéndoles cruzar
la calle, oyendo a lo lejos
el rugido impresionante,
la conclusión
-la prosaica conclusión-
de una habitación con pestillo o poemas al desnudo.
Mientras, volar a los brazos de todas
esas cosas, observando sus fallos.
n.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario