miércoles, 27 de abril de 2011

silencio de paraíso


Todos los paraísos silenciados.
Todo el amor que se evapora cuando
respiro,
como si
se estuviera muriendo,
como si
ya todo muerto
sólo fuera humedad
y una puerta cerrada
con las caras quemadas,
con las hojas
como puños mortíferos
que no permitirán
que entres ni que te vayas.

Si supiérais a lo que me refiero
cuando digo hambre roja,
cuando digo viral anémona,
discípulo con insomnio,
delicadeza de avispa.
En cambio los hospitales siguen atrapando
la vida en sus barrotes cama
haciéndola piar.



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